En tu primer cumple sin tí, se siguen removiendo los cimientos de nuestras vidas. Este verano México no fue tan lindo, pero los amigos y los oasis escondidos lo hicieron, seguro, más llevadero y sí, aunque fuera en un precioso tatuaje, también pudiste nadar con Javi en sus aguas turquesa.
Ahora en tus vuelos nocturnos ya no estas sola, desde hace 3 meses, viajas con una compañera con la que compartiste aquí personas y cachitos de vida.
Las rutas hacia el paraninfo donde sonaba «Nothing converse to you» fueron sustituidas por travesías inimaginables, quién iba a imaginaros juntas sobrevolando la tierra al ritmo de «Another day in paradise».
En las noches frías el fuego de una calienta a la otra. En las estrellas no se sirve café con leche muy muy caliente, así que tener de amiga a quien puede fácilmente proporcionarte el calorcito que necesitas, no tiene precio. A cambio, que mejor que una pequeña luciérnaga que puede guiarte en la oscuridad evitando tropiezos con algún meteorito desorbitado. Su diminuto tamaño engaña, porque quien se fija un poco, descubre un ser de luz gigante que concentra todo el brillo para iluminar a su alrededor sin querer destacar sobre su amiga.
Nunca le había llorado a la luna, pero esa noche de primero de agosto tan esplendorosamente llena, descubrí a Raquel en esa luz q llenaba el mar y q atravesaban nubes, que curioso, todas con forma de dragona.
Nos quedan vuestras fotos y tantos recuerdos que nunca serán demasiados.
Hace apenas un año empezaba la despedida de una con una fiesta, mientras una insospechada cuenta atrás se ponía en marcha para la otra.
Maldito cáncer que os unió en la desgracia y en el punto de partida hacia el infinito.
Maldita medicina tuerta e ignorante que transmite el miedo de las batas hacia las afectadas.
El consuelo que nos queda es valorar la suerte que tuvimos de compartir nuestras vidas un ratito largo, aunque se haya hecho corto. Es momento de agradecer los instantes que ocupasteis en nuestro camino y solo nos queda, mirar cada noche al cielo, buscando una pequeña luz de luciérnaga abriendo el paso a la dragona que reserva su fuego para calentar cuando sea necesario.
A partir de ahora, habrá que estar atenta a las noches de luna llena donde os podemos ver mejor a las dos.
A Gemma y a Raquel
Bufff, brutal tu narrativa.
Te estremece y a la vez te tranquiliza.
En el más allá y también aquí, orgullosas de ti.
Muchas gracias M.Cruz, menudo halago que me arropa en el dolor.
Cariño que precioso sientes y que bonito escribes. Ánimo mi niña, eres una maestra muy guerrera. Un beso fuerte
Gracias Eva, siempre me subes el ánimo y las endorfinas.
Me ha llegado, Moni. Precioso ,❤️
Gracias Marian, el dolor compartido se lleva mejor.
Hola Mónica, en agosto pasado cuando leí tu relato sobre la Dragona y la Luciérnaga, quedé maravillado del mismo y pensé escribirte una palabras para felicitarte, pero no se que me pasó que no lo hice, así que te digo ahora que eres una gran escritora, Felicidades. Al mismo tiempo quería decirte que yo también las ví: era la primera semana de Agosto, íbamos paseando por la orilla de la playa por Puebla Susi y yo, era una noche obscura y de pronto apareció una bola roja, producto de la Dragona y poco a poco se fue convirtiendo en una luz blanca, resplandeciente, producto de la Luciérnaga que iluminaba las aguas del Mediterráneo como una autopista, hasta nosotros. Nuestros ojos querían traspasar esa aureola hasta el más allá, pensando que al final veríamos a nuestra Luciérnaga, pero nuestra hija no apareció por ningún lado. Pensábamos verla como cuando venía de esos viajes maravillosos, con la mochila rota y vacía y las zapatillas atadas con cordones, porque ya no tenían suela, las nuevas se las había dejado a otros que nos decía que las necesitaban más que ella, era feliz así, haciendo felices a los demás.
Gracias Román, que pena que nos una este relato que ojalá nunca hubiera tenido que escribir.Raquel seguirá estando en las nubes, en cada ola que llega a la orilla y en cada estrella del cielo.Imposible no emocionarnos al recordarla y sentirla sin verla con todo lo que ella nos traía de otros mundos tan distintos al nuestro.
Solidaria, sonriente y por siempre, nuestra Querida Amiga.
Un abrazo.
Mi abrazo