Ya he tenido en la consulta unas cuantas “niñas” de 13 años embarazadas que venían para interrumpir lo que aún no tocaba.

Aquí, mi pequeña aportación para una gran causa. Este artículo nace desde la centrifugadora que tengo detrás de mis ojos “presbíticos” de doctora, sin honoris causa, pero con muchas horas de vuelo.

Vivimos en un desierto con escasos oasis de donde beber y mi misión es convertirme en palmera para que puedas ayudarme a tirar cocos a los que se lo merezcan.

Cuando la información no llega donde debe, puede ser debido a la dictadura de unos sesudos tristes que imponen sus doctrinas grises en un mundo que tenía color, o bien, porque en los medios de desinformación lo que prima es el culto a lo chabacano.

leer más