Un, dos, tres, pollito inglés… si sabes como sigue, es porque pasaste como yo, tus tardes de infancia. En este juego tenías que quedarte inmóvil en algunos momentos para no perder.
A lo largo de nuestra vida, encendemos el botón de «Pausa» a veces queriendo y otras veces, sin saber ni cómo.
Momentos de Pausa…
Parar para tomar aire tras una carrera o disfrutar de «findes de pijama» donde dejas que el mundo siga corriendo, mientras tú te resguardas en tu casita.
Con el ayuno intermitente dejamos que el intestino haga su limpieza y el sistema inmune se resetee.
El necesario descanso nocturno donde nuestro cuerpo para, aunque nuestra mente siga fabricando sueños y poniendo todo en orden.
¿Dónde está la sangre?
Podemos parar de forma voluntaria a nuestros ovarios y útero para no quedarnos embarazadas con fármacos como píldoras, parche, anillo vaginal, inyeccion trimestral o implante, o simplemente frenar al útero para impedir anemias además de bebés, como hacen los dius hormonales, la pared del útero es tan fina, que ya no cae como antes de ponerle el freno.
¿Por qué no me baja la regla?
Puede pasar que la menstruación desaparezca sin haberlo buscado, tras vacuna covid, por la pérdida de peso o después de un susto o situación estresante, entre otros motivos.
El encuentro entre un espermatozoide y un óvulo también pueden provocar la pausa durante 9 meses del sangrado menstrual, o más si se instaura la lactancia, y la prolactina se encargará de fabricar leche y frenar posibilidad de nuevas sorpresas.
Y por supuesto, es conocido que cuando los sangrados cíclicos desaparecen durante más de un año, cabe la posibilidad de que los ovarios hayan dejado de fabricar estrógenos, porque ya jubilados están de viaje y podemos decir que llegó la menopausia.
Si no paramos…
Cuando una persona no escucha a su cuerpo y es incapaz de bajar el nivel de actividad y de estrés en su vida, se expone a que los gritos de sus músculos contracturados, su intestino acelerado, las jaquecas, el insomnio o cualquier otra llamada de S.O.S. de su organismo, le estén pidiendo darle al botón del «Pause».
Hasta las máquinas pueden tener cortocircuitos, así que a pesar del baile sincronizado que llevan a cabo nuestras vísceras, órganos y hormonas, de vez en cuando, la melodía hay que dejarla sonar desde la calma, respirando de forma consciente.
La suerte que tenemos, es que el tam tam del corazón, el goteo de nuestros riñones o el acordeón de nuestros pulmones siguen con su melodía aunque no pensemos en ellos.
Te recomiendo después de leer ésto, que te dediques un par de minutos a respirar sin más, con los ojos cerrados antes de seguir la marcha.
Que importante parar, saber leer nuestro cuerpo y escuchar qué nos está diciendo! Muchas gracias por la reflexión!!
Qué importante aprender a escuchar al cuerpo, en el día a día, en sus susurros, no sólo cuando ya nos grita desesperado. Esto también se aprende y hasta puede convertirse en un buen hábito!!
Gracias Isabel, que buena idea lo de convertirlo en un hábito😘