Si con la Progesterona animábamos a la fecundidad, con la Prolactina estamos ante la gran dama blanca, con funciones más allá de la síntesis de leche, que puede que te sorprendan…

¿Puedo quedarme embarazada dando el pecho?

Mientras se está amamantando a una criatura no es el momento ideal de otro embarazo, por lo menos en España y, menos aún, si no vienes de cuna de ricos, tus energías ya están bajo mínimos, así que, la sabia naturaleza, aumenta la Prolactina para frenar a los ovarios (que no fabriquen ovulitos que nos den la sorpresa) y, frenar las paredes del útero (no necesitamos colchón porque no esperamos invitados).

Los niveles más altos se producen por la noche y, si el bebé duerme de tirón (una utopía para muchas) o las tomas se combinan con otras leches articiales (lactancia mixta), es más fácil que se suelte el freno y haya más posibilidades de quedarse otra vez embarazada, aunque no haya habido aún sangrado menstrual.

Tras el parto/cesárea, la Prolactina trabaja en equipo con los niveles bajitos de estrógenos (mayor sequedad en TODAS las mucosas y menor energía) o la Oxitocina elevada que nos inunda de amor, y activa el radar materno que nos hace estar pensando sólo en nuestr@ bebé, como consecuencia, habrá una amnesia de palabras como líbido, pasión o autocuidados. Paciencia, todo volverá a rodar, pero sin prisas…

Si surge la ocasión, necesitaremos buscar alternativas o un extra de mimos previos/lubricantes para preparar la entrada del túnel sin olvidar una barrera si no usas método anticonceptivo (en breve te contaré todas las posibilidades).

Nadie me contó lo que vendría después…

Quienes hemos pasado por ahí, sabemos lo dura que puede ser esa etapa de sueño, dudas, acosos “bienintencionados” con sugerencias dispares,… Sobrevivir al postparto y llevar dignamente los meses siguientes, puede resultar muy duro, aunque los momentos maravillosos compensen. En esa etapa nuestro sistema nervioso vive al límite y aquí la Prolactina, cual hormona de la Marvel, actúa protegiendo a nuestras neuronas de la inflamación por el ambiente hostil.

Más allá de simples fábricas de leche

Gracias a ella, nuestros pechos se preparan para fabricar la mejor leche del mundo, digan lo que digan, las empresas que intentan copiarla sin saber que eso es IMPOSIBLE.

¿Es igual la leche materna que la artificial?

De entrada, sus componentes varían según necesidades del bebé, incluso durante la toma (más dulce al principio y más grasa al final para saciar) y las ventajas además de económicas (ahorro de biberones, tetinas, esterilizadores, leches en polvo,…) influirán en su salud y en la más rápida recuperación de la mamá. La grasa acumulada durante el embarazo, es utilizada para fabricar leche, sin lactancia costará más volver a estar a punto.

Y para finalizar, mis reflexiones que lanzo al universo:

-Todas las madres deberíamos tener derecho a ser informadas antes de parir, para tomar decisiones que más nos convengan.

– La cestita del postparto, debería incluir una asesora de lactancia y/o una doula que nos acompañe en ese trayecto.

– La duración de la lactancia debería ser una decisión del tándem mamá-bebé, pudiéndose mantener hasta la caída de los dientes de leche y debe respetarse, al igual, que si la madre optó por el  biberón directamente.

-La mala leche solo existe en las cabezas de algunas personas, es excepcional la causa orgánica que impida a una madre amamantar.

El concepto Mala Madre es independiente de la leche que se le dé al bebé. 

-La recién parida necesita más cuidados de su entorno y recursos dignos para una crianza feliz, pero este tema me da para otro artículo.

En mi web podrás descubrir en breve, la nueva integrante del equipazo de expertas, que podrán ayudarte en las diferentes etapas de tu vida, sólo te diré, que se llama Concha y quizás ya la conozcas.

Para más información, aquí te dejo unos enlaces interesantes (pinchando en azul):

-Lactantes con dientes

Medicación compatible con lactancia

– Si necesitas ayuda, podrás también encontrarla aquí.