El 22 fue uno de los más difíciles de llevar, así que, el 23 tenía que mejorar.
Año de propósitos, cambios de rumbo y viajes como el de mi niña al otro lado del mundo, viviendo su sueño, y otros impensables con las ultimas uvas.
Fallas madrileñas en familia y la suerte de poder disfrutar de la cercanía de 2 grandes, la cervecita con Juan Luis o el esperado encuentro con More, nadie me los tendrá que contar.
De Sant Jordi volví en una nube con el calorcito de Esti y Sergi y el honor de pasear del brazo con mi admirada Carme Valls que me sorprendió en una Barcelona radiante.
Han cabido muchas horas de formación y he podido abrazar a colegas de whastapp y divulgación. Cerré ya el último Master y me estrené en inflexión hacia Congresos y Medicina que el cuerpo me pedía hace años.
El año de la gran fiesta, las velas enmudecieron. No encontré las ganas de celebrar, porque en la lista de mis 50, estaba ella y en esos días su luz se apagaba sin que lo pudiéramos asimilar.
Desde el otro lado, seguro, Raquel despertó a Lucía dormida en la frontera entre la incredulidad y la esperanza. Con una pérdida ya bastaba.
Un viaje de chicas diferente, pero nos tendremos que acostumbrar a su esencia sin abrazos.
Girona con amigos es mucho más bonita y sabe mejor.
Jordania fue un regalo que agradeceré por siempre, tanto por la belleza de sus lugares como por la compañia. El destino elegió la fecha adecuada porque el apocalipsis en Tierra Santa, nos pillaría cogiendo el avión de regreso a nuestras cómodas vidas, donde apenas huele a muerte a la hora de las noticias.
Quedaría el gran salto del charco para disfrutar de la Feria del Libro en Guadalajara, México. No volví como superventas, pero me traje entrevistas, vivencias, contactos y un equipo padrísimo.
Navidades extrañas en las que monté el Belén una vez nacido el Niño, para esperar la llegada de los Reyes y aunque la lotería pasó de largo, yo ya me siento afortunada por las personas que me voy encontrando en el camino y me van mostrando las hojas de ruta para llegar al destino.
Agradezco a la vida, el cariño y el amor que recibo de mi gente y espero que el 24, sea recordado lleno de risas y de ciencia, mientras van llegando los cambios, y ahora ya, tocan los buenos.
Empiezo la otra mitad de mi vida.
Te deseo un 2024 de sueños cumplidos.
Sonríe a la vida porque ella te la devuelve y de modo implícito sabes que es por Merecimiento y por la resiliencia, tesón, paciencia y valentia que has demostrado
Muchas gracias Laia, los golpes te enseñan y las sonrisas y abrazos te dan fuerzas.
Adelante 24!!
Me encanta como cuentas las cosas, me transmites armonía, equilibrio, todo no puede ser bueno, pero siempre el balance acaba siendo positivo.
Gracias. Feliz año por descubrir
Gracias Macarena, Feliz año para ti también.