La terreta ha sido sacudida
por la desgracia, la incredulidad y
la pésima gestión de la tragedia.

Mientras unos y otros políticos se reprochan como críos de colegio,
el pueblo se ahoga y sigue sacando la intimidad de sus hogares a la desnudez de la calle.
Una zapatilla de ir por casa añorando a su hermana, la mecedora del revés
o el parque de un peque lleno de trastos que hace 4 días no lo eran.

En mi familia y entorno, por suerte, sólo daños materiales que no duelen tanto como las otros.
Javi, Maya y Kalel ya tuvieron su pérdida más importante antes.

Impacta tanto la destrucción, que no quieres ni imaginar lo que se vivió en esos coches sin ventanilla,
o en aquellos empotrados bajo el túnel,
estremece pasar junto a ellos,
y junto a tí, un anónimo sin matrícula, que te muestra sus tripas con el faro colgando.

Rocío y Marc nos recibieron con las puertas abiertas a pesar de las cadenas que cuelgan en ellas,
por las hienas de la noche que sin corazón merodean,
mientras, nosotras dormiremos en nuestras casas seguras.
Sus baldosas volvieron a brillar antes de ser reemplazadas por las nuevas,
que tendrán que esperar más tiempo del imaginado,
para dar vida a una casa que ahora apenas lo parece.

Demasiadas víctimas por contar, los garajes de la muerte siguen esperando.

Amparo, por fin, nos dio señales de vida tras 4 días de angustia, bendito tejado.

El cambio climático, la irresponsabilidad de quienes se lanzan la pelota de recriminaciones,
sin dignarse a ponerse las botas para trabajar en equipo,
una vez más, queda patente que hay quien se equivocó de vocación,
pero seguirá cobrando un sueldo injustificado cuando todo esto pase.

Carles y Empar
saldrán de ésta con nuevas ideas para volver a llenar de arte su casa,
de libros la biblioteca
y el armario de la luna volverá a llenarse de magia.

Mis agujetas tuvieron agua caliente y durmieron en cama.
Hoy tendiendo la ropa que fue testigo de un trocito de realidad,
mientras mi lavadora procesa el dolor del barro.

Aunque vivo en l´horta afortunada, apenas 30 minutos determinaron la delgada línea de la vida,
lo que pudo haber sido esa tarde… No nos tocaba.

Sergio y Gerar se salvaron por los pelos como María,
que sorprende con la calma que relata como estuvo a un minuto de no contarlo.

Imposible no emocionarse con las mareas de voluntarios que sólo escuchan los gritos de auxilio,
ignorando recomendaciones oficiales.

Valencia llora acompañada con abrazos que llegan desde lejos.
Gracias a quienes os habéis interesado por vuestros mensajes de cariño y solidaridad.

Paiporta sacó su rabia a unas autoridades ausentes hasta entonces,
dejando a los Reyes dando la cara,
mientras los responsables políticos reales se escondían bajo sus paragüas.

Volverá a brillar el sol
aunque no sean juzgados los responsables ni dimitan cargos aferrados a su puesto.
España no puede presumir de clase política pero sí de sus gentes.

Y mientras escribo, la lluvia vuelve a caer,
recemos para que sólo se lleve el barro que no pudimos quitar.
Agradecida por todos los apoyos y desde aquí,
mi abrazo a quienes están sufriendo.

Valencians en peu alçem-se!!