Estos 15 años en el hospital Clínico me han regalado el trabajo con profesionales con quienes he compartido ciencia, comidas y momentos de vida, y en los últimos 12, ya fuera en sesiones, como en consultas telefónicas, un hilo invisible me ha mantenido unida a los centros de salud de Benimaclet, Alfahuir, República Argentina, Salvador Pau, Chile y Serrería II.

La playa de la Malvarrosa me vió aparcar cada mañana regalándome sus amaneceres y sus gentes.

Gracias por vuestro tiempo y vuestra confianza.

Hubiera querido hacer mi ronda de despedida de los centros de referencia, pero el final no fue como esperaba, así que os llevo en mi recuerdo.

No me olvido de celadoras, administrativas, enfermeras, limpiadoras, trabajadoras sociales, auxiliares y matronas, un placer.

Compañer@s de odontopediatría, rayos y rehabilitación, mil gracias por vuestras manos.

A nuestras defensoras del sindicato y en especial, a Mª Angeles de CCOO, un beso enorme.

Amparo, amiga, una suerte tenerte en mi vida y disfrutar de almuerzos frente al mar.

Por nuestra unidad pasaron residentes de familia y ginecología del Clínico, la Fe y desde Tenerife, vinieron para dejar también su huella. Desde mi primer residente, Juan Pablo el argentino, hasta la última, María la chipriota, he sido testigo de cómo han ido creciendo y saliendo a explorar este mundo de adultos, con bodas, bebes y proyectos varios.  Me siento feliz de mantener contacto y os agradezco todo lo que me habéis aportado.

“Repres” con quienes fuimos mas allá de vuestros productos, gracias, ya sabéis quienes sois.

Me voy de la Malva satisfecha con el trabajo realizado, con todas las muestras y hojas de agradecimiento de las usuarias que por allí pasaron, y a las que he ido acompañando intentando empoderar para disfrutar de una salud sexual plena.

Gracias por vuestra confianza y por ser inspiración para mis libros.

Qué decir de mi equipo, “Mis chicas Malva”, Mercedes, la que siempre estuviste, con nuestras divergencias y tus viajes, o las que estuvieron como Amparo, con sus rizos y sus recados, querida, nos sentimos paiporteñas contigo, desde aquí mi abrazo y, por supuesto, nuestra querida Carmen, la eterna cuidadora que no tiene tiempo para ella y contesta las llamadas como nadie, te debo mil abrazos. Gracias chicas.

Agradezco a cada una de las enfermeras con las que he hecho equipo, especialmente, Inma, por tus esfuerzos frente a la informática y tus cuidados, o Mª José, por tu sinceridad y por la chispa que le pones a la vida, sin olvidarme de quienes aportaron su lado XY, querido Juan, el artista, gracias por todas las risas y músicas compartidas y Juanra, gracias por ayudarme a vaciar la consulta.

Apenas 3 líneas para quienes han demostrado a lo largo de estos años su ineptitud o, lo que es peor, su envidia, mezquindad y mala leche y como ya lo saben, me ahorraré sus nombres. El brillo de algunas personas, saca a relucir las sombras de otras que revelan sus miserias sin querer.

Empiezo nueva etapa cerrando el círculo, volviendo al lugar donde empecé, hace mas de 20 años, a poner mis primeros dius con mi querido Luis San Juan, y ahora, con alguna cana asomando y la sabiduría que me ofrece acercarme a la menopausia, volcaré todo lo aprendido allí.

Ilusionada con empezar a hacer rutas por mis nuevos centros de salud de referencia, y volver a encontrarme con compañer@s de fatigas recordando viejos tiempos.

Mi hospital de referencia será el mismo que me vio de residente, iniciando mi andadura de bata blanca entre guardias, rotatorios y trabajos con la unidad docente, y donde encontré a mi compañero de viaje.

Deseando abrazar de nuevo a quienes tanto me enseñaron para ser ahora, la que soy.

                                                                                                                                      Malvarrosa 13 de febrero de 2025